Los Electro Amigos

Había una vez en un pequeño pueblo, un grupo de electrodomésticos que vivían en la casa de Lucas. Eran una nevera llamada Frío, una lavadora llamada Lava, un horno llamado Horno, una licuadora llamada Licua y un televisor llamado Tele. Cada uno de ellos tenía una personalidad única y se cuidaban mutuamente como una gran familia.

Un día, Lucas, el dueño de la casa, decidió comprar un electrodoméstico nuevo: una cafetera llamada Café. Al principio, los Electroamigos se sintieron un poco inseguros acerca de cómo encajaría Café en su grupo. Pero en lugar de juzgarla, decidieron darle la bienvenida con los brazos abiertos.

Café resultó ser una adición encantadora al grupo. Era amigable y siempre estaba dispuesta a preparar una deliciosa taza de café para todos. Pronto, los Electroamigos se dieron cuenta de que a pesar de sus diferencias, tenían mucho en común. Todos disfrutaban de las conversaciones, compartían risas y pasaban tiempo juntos en la cocina.

Un día, ocurrió algo inesperado. Hubo un corte de electricidad en el pueblo, y los Electroamigos se apagaron. Estaban preocupados porque no sabían cómo sobrevivirían sin electricidad. Pero en ese momento, entendieron la verdadera importancia de la amistad.

Frío, Lava, Horno, Licua y Tele se apoyaron mutuamente durante el corte de electricidad. Frío guardó la comida y mantuvo todo fresco, Lava lavó la ropa a mano, Horno cocinó con leña, Licua preparó deliciosos batidos sin electricidad, y Tele contó historias para mantener a todos entretenidos.

Café, aunque no podía preparar café sin electricidad, se unió al esfuerzo al dar ánimo a todos con su calidez y aroma reconfortante. Todos se dieron cuenta de que la amistad era la fuente de su fortaleza.

Cuando finalmente se restauró la electricidad en el pueblo, los Electroamigos estaban felices de volver a funcionar con normalidad, pero valoraron aún más la importancia de su amistad. Habían aprendido que la verdadera amistad no se basaba en lo que podían hacer, sino en cómo se apoyaban mutuamente en momentos difíciles.

Los niños que escucharon esta historia aprendieron que la amistad es un regalo valioso que nos ayuda a superar los desafíos de la vida. Mientras cerraban los ojos y se acurrucaban en sus camas, imaginaron a los Electroamigos compartiendo risas y apoyándose mutuamente, y se durmieron con sonrisas en sus rostros, listos para soñar con la calidez de la verdadera amistad.

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